La Cantina Reggae Festival
¡Larga vida al reggae! (Opinión)
Bariloche y la Patagonia entera bailaron, cantaron y saltaron el sábado pasado al ritmo de la primera edición de La Cantina Reggae Festival. Hasta el momento, la ciudad nunca había tenido un festival exclusivo de música reggae, por lo que el éxito del evento tomó y tomará una gran importancia para el desarrollo de este estilo en el sur del país.
El duro trabajo de todas las personas que estuvieron detrás de este gran sueño, especialmente de los integrantes de la Verde Reggae, sin lugar a dudas rindió sus frutos. Y quizás tantos elogios suenen a exageración, pero basta con analizar en frío lo sucedido para darse cuenta de que se acaba de escribir una nueva página en la historia del reggae nacional.
La magnitud del festival, el nivel de las bandas que se presentaron y la impecable organización, hacen pensar que San Carlos de Bariloche puede sumarse poco a poco a Córdoba, Mendoza y Mar del Plata, entre otras ciudades, como una de la capitales de ritmos jamaiquinos por excelencia del interior argentino.
Como muestra agradecimiento y respeto a todos los que hicieron posible esta fiesta y por muchas ediciones más, la Patagónia entera grita fuerte: “¡Larga vida al reggae!”.
Sol, montañas y buen reggae (Crónica)
Eran las cuatro de la tarde y la gente que comenzaba a acercarse al predio dispuesto en el kilómetro 11,5 de la Av. Bustillo se entregaba poco a poco a la experiencia que proponía el impactante paisaje, en el que podían apreciarse caballos, bandurrias, una extensa pampa y a lo lejos la imponente cordillera iluminada por un sol radiante. Y por si todo esto no fuese suficiente, de fondo sonaba la música elegida por Santi Palazzo, conductor del La De Dios (FM Rock & Pop).
Y las sorpresas no se hicieron esperar. Cuando promediaban las 16.30, con un público relajado que casi no prestaba atención al vacío escenario, Riddim subió a probar sonido y regaló los primeros acordes de la tarde. Dos temas de la banda liderada por Pety, voz principal, sirvieron para que los madrugadores comiencen a calentar motores.
Desde allí en adelante, las dos horas de espera hasta la aparición de La Gran 7 en escena se hicieron interminables. El sol calentaba cada vez más y los pocos lugares sombreados fueron copados rápidamente. Sin embargo, las ansias de reggae todo lo pudieron. Y a las 18.30, la primera banda de ska jamaiquino de Bariloche comenzó su show. Cuarenta y cinco minutos de un sonido instrumental más que potente fueron suficientes para comenzar a despertar a un público que, hasta el momento, aguardaba expectante.
Desde allí en adelante, comenzó una maratón increíble. Apenas quince minutos después, Vibración Reggae dio arranque a su set. Con muchos temas de su autoría y entonando algunos covers de Bob Marley, una versión en castellano de She’s gone y el clásico Drive my car, la banda oriunda del oeste de Buenos Aires regaló más de una hora de puro roots. Y como era de esperarse, los músicos invitados comenzaron a sumarse. En este caso, fue el turno de Pablo y Lázaro, voz y percusión de Verde Reggae, que se hicieronpresentes para tocar una pieza junto a sus viejos amigos de Vibración.
Verde Reggae
La puesta del sol que se escondía poco a poco tras las montañas, fue el pasatiempo ideal para sobrellevar los 45 minutos de espera hasta la presentación de los muchachos de la Verde Reggae, mentores y organizadores del festival. Ya con las primeras sombras de la tarde noche, los locales se hicieron dueños del escenario. Con un profundo agradecimiento y ofreciendo disculpas a los vecinos que ya habían comenzado a quejarse por el volumen de la música, los Amoroso y compañía dieron comienzo a su corto pero contundente show que no se vio para nada afectado por los problemas de sonido que sufrieron al comienzo. Doce temas de los barilochenses arrancaron los primeros bailes y saltos de la tarde. Sobre todo con la recta final, en la que sonaron Alza tus manos, Israel, Cuando despiertes y Mira. La actuación de la Verde fue impecable y tuvo una carga emotiva muy especial, no sólo porque fueron los locales, sino también por el inmenso esfuerzo que significó para ellos construir lo que para ese momento, ya era una feliz realidad.Riddim
La gente ya estaba en el punto justo para recibir a las dos principales atracciones de la noche: Riddim y Resistencia Suburbana. Cabe recordar que Sinsemilla no pudo hacerse presente porque se rompió la caja de cambios de la camioneta en la que viajaban.
A los que no se les averió nada fue a la gente de Riddim. Los capitalinos, en su primera presentación en Bariloche, dispararon hit tras hit y brindaron más de una hora de reggae jamaiquino del mejor. Con un entendimiento y un sonido impecable sobre el escenario, estremecieron a todos con una fina selección de piezas de sus tres placas (Remando, Buenas Noticias y Roots Riddim Reggae).
Los músicos invitados también tuvieron su lugar, el turno fue para Mati, trombón de Verde y de La Gran 7, y Cuchu, percusionista de Resistencia. Dieciséis temas sonaron, con La máscara y el emotivo Puedo esperarte como cierre, hasta que Riddim bajó el telón. Sin embargo, Santi Palazzo anunció que había un bis previsto. Los debutantes en la Patagonia regresaron inmediatamente para rematar con Thank you lord (Bob Marley) y Un camino positivo.
Resistencia Suburbana

Con la luna iluminando en lo más alto del cielo, todo estaba listo para el último y más fuerte grito de la noche.
Cerca de la 1 de la mañana, el Tren de la Resistencia descargó toda su energía. Cuando la gente comenzaba a sentir el cansancio y el rigor del fuerte sol de la tarde, Por cultivar marihuana volvió a encender los coreos y los saltos. De allí en adelante, Luis Alfa y compañía brindaron un set demoledor. Cuidado!, Música del gueto y FMI (Masacre brutal e intensa) sonaron casi sin pausa. Las primeras palabras llegaron recién después del cuarto tema y tuvieron que ver con las insistentes quejas de los vecinos del lugar. Como no podía ser de otra manera, Luis aprovechó la oportunidad para demostrar su rebeldía y arengar al público. “Para que me baje de acá van a tener que sacarme con la policía. Yo no me voy a mover por respeto a ustedes”, gritó el líder de Resistencia. Y para coronar y enardecer más al público, el remate fue inmejorable: Ladrones con una dedicatoria más que especial.
Luego, el show siguió su rumbo sin problemas. Una a una comenzaron a sonar las canciones de Cosas que nadie oía, último trabajo discográfico del grupo, algunas piezas de La unión verdadera, que fueron las que arrancaron más aplausos, y hasta hubo lugar para recordar un viejo clásico como lo es Represión.
Finalmente, el cierre fue el que todos aguardaban ansiosos. Iron, lion, Zion (Bob Marley) cantada entre Luis y el público, más una bendición para esperar con toda la energía positiva la segunda edición del festival: “¡Dios los bendiga, los proteja de la hipocresía y de la injusticia. Hasta el 2008!”.
